lunes, 29 de mayo de 2017

Flor de vida

¡Buenos días! ¡Buenas tardes! ¡Buenas noches!
Las palabras surgen de su boca sin sentido. En ocasiones ni coinciden con el momento del día, pero a Víctor, le da igual.  Sumergido como cada jornada en la monotonía del trayecto de bus, intenta pasar desapercibido delante de las miradas de las muchas personas que suben al vehículo. 
-Por favor, pasen al fondo-grita malhumorado mientras da un repaso al perímetro de su metro cuadrado. 
Un día como otro cualquiera, llega a su nariz un olor intenso que le lleva a recordar su niñez. Levanta la mirada del volante y busca. Ahí, justo al lado suyo, un indigente con un curioso sombrero lleno de flores frescas  lo mira con curiosidad y hasta con cierta tristeza, e impetuoso le dice a Víctor:
-Te he estado observando, y no puedo resistirme. Toma esta flor, mírala bien. Te la entrego para que no olvides que fuera siempre existe vida- y le da una linda margarita que Víctor acepta rompiendo por primera vez en mucho tiempo su autismo y viendo en ella, una oportunidad de vida. 

En ocasiones, los actos más sencillos son los que más pueden cambiar nuestro rumbo. Tan solo hay que estar abiertos y no perder la oportunidad. En cualquier esquina puede que nos esté esperando. 

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